Carta de Pedro Tourón, Presidente de la Asociación Navarra de Familias Numerosas.

La semana pasada Ione Belarra, ministra de Derechos Sociales, anunció su intención de que las familias monoparentales con dos hijas sean consideradas numerosas. Pues bien, aunque creo que siempre es bueno que las instituciones busquen modos de apoyar a ciudadanos que sufren dificultades, me sorprende que esas ayudas se basen en desdibujar otras. Creo que cada realidad o cada condición tiene su sentido porque hace referencia a algo concreto y que las familias numerosas en sí mismas deben ser protegidas.

Un país que hace frente a un gélido invierno demográfico no puede ignorar a aquellos que compensan una balanza demográfica tan maltrecha como la nuestra. Debe protegerse a todo aquel que decida apostar por futuro y tener un hijo. Y aún más, a aquellos que deciden hacerlo varias veces. Simplemente por una razón práctica y sencilla: porque ayudan a que los números salgan.

Lo he dicho en anteriores ocasiones, no se trata de una actitud pedigüeña sino de justicia. Salvando las distancias, cabría usar un ejemplo empresarial. Si necesitamos un producto porque su agotamiento pone en riesgo el propio sistema, ayudemos a aquellos que lo fabrican. Me disculpo por la analogía porque en este caso hablamos de personas, de seres humanos cuyo valor no puede compararse con ningún producto, pero creo que puede ilustrar este caso.

Dicho esto, y más allá de lo anterior, sí es cierto que la intervención de la ministra da pie a un debate muy interesante. El de la renta.

Desde la Asociación Navarra de Familias Numerosas defendemos la instauración de la renta estandarizada familiar. Esta “modalidad” tiene en cuenta la renta en función del número de personas que conviven en el hogar.

Si se trata de ayudar, habrá que conocer bien las realidades a las que se está echando un mano. ¿Qué sentido tiene considerar cifras absolutas en lugar de otras que muestren cuál es el presupuesto real de un hogar? ¿Acaso son los mismo 20.000 euros para un hogar de dos personas que 20.000 euros para uno de seis?

Hablemos con las familias, entendamos que las cifras aisladas no aportan información y que para comprenderlas es preciso conocer la realidad concreta y sin duda, la renta familiar estandarizada es una de las maneras de hacerlo.

Seguiremos de cerca el devenir de estas conversaciones. Ojalá el ruido inicial dé paso a un espacio de reflexión. A la puesta en marcha de soluciones específicas. Ojalá no pretendamos meter bajo el mismo paraguas a agentes sociales con necesidades diversas porque en ese caso quizá acabemos con medidas que más que servir para todos, no sirven para nadie.

Y, sobre todo, ojalá se busque el bien común y no los titulares más rentables.

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